RAZÓN 2

Nuestros hábitos alimentarios influyen en la lucha contra el calentamiento global. Los movimientos juveniles por la sostenibilidad son la prueba de que las nuevas generaciones quieren actuar para cambiar las cosas. El cambio a una dieta vegetal* es una buena manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.** 

¿No sería fantástico que la propia generación de jóvenes pudiera acceder fácilmente a una dieta vegetal en sus propias escuelas?